Al poco tiempo de la entrada de EEUU en la 1ª Guerra Mundial,
el Ejército de Salvación inició una investigación en Francia. La misión
concluyo que varias necesidades de los reclutas podrían ser satisfechas a
través de comedores / centros sociales denominados “huts” (cabañas). En éstos
centros se podrían servir productos de panadería, proporcionar papel, sellos y
utensilios de escritura para que los soldados pudieran escribir a casa y tener
un servicio de reparación de ropa. Los “huts” contarían con un personal de unos
6 voluntarios donde 4 de ellos serían mujeres, las cuales harían de “madres” de
los jóvenes reclutas. Estos centros se establecieron cerca de los campos de
entrenamiento del ejército en los EEUU.
Cerca de 250 voluntarios del Ejército de Salvación
embarcaron hacia Francia acompañando a las tropas. Intentaban seguir con la
labor que habían iniciado pero se encontraban con muchas dificultades: se establecían
en casas abandonadas cerca del frente y por lo tanto las líneas de suministro
eran muy escasas. A 2 voluntarias, Margaret Sheldon y Helen Purviance, que iban
acompañando a la 1ª División de Infantería, se les ocurrió entonces la idea de
preparar donuts para las tropas. Las historias cuentan que usaron una botella
como rodillo y modificaron una estufa de leña para que les sirviera para freír.
En esa primera tanda se hicieron 7 donuts… La idea era que esos donuts, más que
llenar los estómagos de los soldados, les llenaran más en sus cansados ánimos
al recordarles cosas de sus lejanos hogares.
El éxito fue instantáneo y pronto largas colas de soldados
se formaban a las puertas de los “huts” de Ejército de Salvación, bajo la lluvia
y en el barro esperando pacientemente su turno. La propia Margaret Sheldon
escribió que en un día ajetreado podía hacer 22 tartas, unos 300 donuts y 700
tazas de café.
Cuando el puesto del Ejército de Salvación estuvo totalmente
equipado las chicas podían preparar de entre 2500 a 9000 donuts diarios, al
igual que sus compañeras a lo largo de la línea del frente. Al poco tiempo las
voluntarias del Ejército de Salvación eran conocidas por los soldados como las “chicas
de los donuts”.
Desde 1938 el primer viernes de junio se celebra en EEUU el Día
Nacional del Donut, un evento creado por el Ejército de Salvación para recordar
a esas mujeres que sirvieron donuts a las tropas en la 1ª Guerra mundial. Desde
entonces hasta nuestros días esos voluntarios han seguido proporcionando variedad
de servicios a las tropas y a los civiles durante conflictos y catástrofes como
inundaciones o terremotos con sus comedores móviles, instalaciones recreativas
o consejerías familiares. Pero el donut
sigue siendo el producto estrella.
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